Queviures Serra es uno de los pocos colmados que quedan en Barcelona. Colmados de toda la vida. La lista es muy corta. Quílez, Múrria, Lasierra. En el Born Gispert i Renobell... y poco más.
Colmados centenarios. Con mobiliario, revestimientos y artesonados de madera que ya son historia de la ciudad.
Y lamentablemente, nadie está haciendo nada porque no desparezcan.
Vivo muy cerca de Queviures Serra. Era cliente más o menos habitual de su selección de vinos y cavas, de sus productos gourmet y de su charcutería.
Un día me enteré que Joan (Serra) y su hermana se jubilaban después de décadas de regentar el negocio familiar. No había relevo generacional.
Pusieron el local en traspaso y a medida que iba pasando el tiempo y el desinterés general el precio iba bajando. La paciencia de Joan y su tiempo se iban agotando.
Resulta que nadie tiene interés en una tienda de comestibles que es una joya histórica de la ciudad. En cambio proliferan los supermercados 24h de baja calidad.
Entonces me puse manos a la obra. Visité archivos municipales y me sumergí en documentos de papel ya delicado y amarillento.
Y después de interpretaciones, explicaciones y negociaciones demasiado largas con el Ayuntamiento iniciamos el proceso de recuperación de una licencia antigua que le permitiera degustación de sus productos y de la búsqueda de un nuevo inquilino para la nueva vida de Serra.
Y lo conseguimos. Hoy Queviures Serra se ha garantizado un futuro en nuestra ciudad.
Una ciudad que necesita comercios así.
Este es un post de celebración, en otro analizaré y os explicaré la dejadez y olvido del Ayuntamiento de Barcelona por estos locales históricos.
Os invito a visitar Queviures Serra y celebrar su futuro.